Lassie molaba, Rex no. Carmen Sevilla mola, Isabel Gemio no. Carmen Hornillos mola, Curry Valenzuela no. Estos días en casa de papá y mamá han sido así, perdiendo el tiempo, mirando prensa rosa y no estudiando nada. Pero bueno, en los próximos días yo, al igual que muchos pueblerinos que no lo hallan hecho aún, vuelvo a la ciudad, que ya va siendo hora. Empieza enero y con ello el horror de estudiar apresuradamente, empezar a fracasar con los propósitos de año nuevo y adelgazar de tanta comida familiar. Pero antes de todo los reyes. En mi casa hay dos peques y el día seis de enero se vive, porque sino esto no sería más que una comida de navidades mas. Recuerdo cuando era pequeño y vivia en un once primera de esos vertiginosos bloques en L'Hospitalet del Llobregat que un día al volver de la cabalgata de reyes estaba yo mirando por la ventana de la galería y vi a un hombre vestido de Rey Melchor que supongo vendría de alguna de las tantas cabalgatas que se hacen en Barcelona. Me extrañó mucho porque no eran mas de las diez de la noche y corrí al comedor gritando: ¡Mama! ¡Mama! ¡Que se han adelantado! ¡Ya están aquí! Bueno, lie un pollo impresionante. Tan alterado estaba que les hice meterse en la cama a todos y cada uno de los miembros de mi familia por si venía Melchor y nos encontraba despiertos, que si te encuentran despierto no te dejan regalos (me decían de quequeño para que durmiera esa noche). Y nada, a las diez de la noche estaba cada uno en su habitación (ellos viendo la tele, yo haciendo ver que dormía) hasta el día siguiente que madrugabamos a las 7 de la mañana como muy tarde. Este año, con Quim y Santi, lo viviré de esa manera.
Os dejo con un regalo que me han hecho estas navidades. Y como buenos niños que sois, que os traigan muchas cosas los señores de El Corte Ing... digo, los Reyes Magos. ¡Felices Reyes!
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