Despertarse el uno de enero desnudo en un sofá rojo con copas de cava por todos lados, botellas de champagne, algunas vacías algunas a medio acabar, cuando alguien pone el Bad Romance hasta la última rallíta del volumen y que de repente entre mi delgada amiga Neus en pijama y con tacones en el salón. Así empezó mi 1 de enero, o lo que recuerdo de él. De todos modos creo que tampoco ha sido tan surrealista como el de otra gente, teniendo en cuenta que en el ranking de fiestas donde hay que darlo todo están San Juan y después Nochevieja. Espero que la despedida que le hicimos a la pasada década os fuese a todos tan bien como a mí, teniendo mas en cuenta las cosas bonitas que las tristes. Yo ya me entiendo.
Por cierto, hace exactamente un año empecé este blog. Como dice JJ Vazquez (muy tierno en las campanadas junto a Belén) al final de cada programa: Muchísimas gracias.
La vida, y más el día 1 de enero, es una aptitud.
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